Jon Rahm sigue buscando a Jon Rahm
El golfista vasco firma su mejor arranque en la tercera ronda pero luego se frena y aún está lejos de su mejor versión en los grandes


Durante tres hoyos Jon Rahm recuerda al campeón de dos grandes, al hombre que fue número uno del mundo, al jugador que en los momentos de inspiración se sentía invencible en un campo de golf, superior a todos los demás. Es el inicio de la tercera jornada del Masters de Augusta y el vasco ejecuta a la perfección los primeros pasos de la remontada que ha soñado. Con dos golpes sobre el par al inicio de la ronda, no hay tiempo que perder ni centímetro que regalar, y Rahm es una apisonadora en el arranque. El triplete de birdies en los tres primeros hoyos supone una secuencia que no había celebrado hasta ahora en sus ocho participaciones anteriores en el Masters (en la última vuelta de 2021 partió con birdie, eagle y par), y el acelerón obliga a preguntarse si será posible lo que hasta hoy ha sido imposible, remontar 10 golpes después de 36 hoyos para ganar el Masters.
2023 Masters champion Jon Rahm begins his third round with three birdies in a row. #themasters pic.twitter.com/CwSYz1zIEj
— The Masters (@TheMasters) April 12, 2025
Los putts que no entraron los dos días previos de repente van directos a la cazuela. Los primeros para descontar tres golpes y el del hoyo 4 para firmar el par. También le ha funcionado el cambio de estrategia en el 2, una madera cinco en lugar del driver para volar algo menos y salvar el búnker en el que ha aterrizado a menudo en los dos últimos cursos. Todo va sobre ruedas hasta el frenazo del 5, un bogey que rompe la racha y que conduce a partir de entonces a una ronda más terrenal. El juego funciona mejor de tee a green, Rahm se encuentra “más cómodo” desde la casilla de salida, y ha encontrado buenas sensaciones al pasar por la cancha de prácticas tras la jornada del viernes para afinar con el driver. Pero la consistencia de las primeras paradas del día desaparece y alterna los aciertos con los fallos hasta deja pasar la autopista de los pares cinco del 13 y el 15 y cargar con dos bogeys en el 17 (corta escapatoria del búnker) y 18 (salida a la derecha y la bola pegada a un árbol para descontar un golpe devolviéndola a la calle). En resumen, al par en total.
“Estoy más cerca del clic, muy cerca de lo que busco. Los errores han sido míos, mentales. Han sido fallos claros”, asume Rahm, que no relaciona la causa del bajón en los grandes con el hecho de jugar la Liga saudí en lugar del circuito americano. “La única diferencia es que ahora juego menos”, explica. El formato diferente de LIV (tres rondas en lugar de cuatro, sin corte y con una participación más reducida) y la circunstancia de no poder elegir el calendario a su gusto sino ajustarse a lo ya marcado no son variables que según el golfista vasco le afecten en su papel en las grandes citas. El caso es que desde que se marchó a LIV el ganador del US Open de 2021 y del Masters de 2023 no ha aparecido en el esplendor que acostumbraba: puesto 45 en Augusta el curso pasado, fuera del corte en el PGA, baja por lesión en el US Open, séptimo en el Open Británico (su mejor resultado) y en tierra de nadie en este Masters en el que superó el corte por los pelos y en el que no competirá por la chaqueta verde, muy lejos de una batalla apasionante: Rory McIlroy es líder con -12 por el -10 de Bryson DeChambeau.
El cambio también es técnico, según Rahm. El vasco asegura que está inmerso en un ajuste de “compensaciones” entre una nueva varilla del palo y su swing que le está costando un tiempo acoplar. El español es una estrella en LIV, ganador de la clasificación individual en su primera temporada, dueño del anillo de campeón y de un bonus de 18 millones, único jugador de la Liga que se ha clasificado entre los 10 mejores en cada torneo, pero fuera del escenario menos competitivo de la revolucionaria nueva competición aún le ha costado reconocerse a sí mismo. Rahm sigue buscando a Rahm.
Resultados y clasificación del Masters de Augusta.
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